La ozonización es una técnica consolidada para eliminar el sulfametoxazol del agua. Mediante la introducción de ozono, un potente agente oxidante, se puede degradar y eliminar eficazmente el sulfametoxazol.
Durante el proceso, se generan radicales hidroxilo, que reaccionan con el sulfametoxazol, descomponiéndolo en subproductos más pequeños y menos nocivos.
El tratamiento con ozono tiene velocidades de reacción rápidas y la capacidad de eliminar una amplia gama de compuestos farmacéuticos.
En el lado negativo, es importante tener en cuenta las complicaciones adicionales de manipular una sustancia peligrosa como el ozono. Esto puede traducirse en mayores requisitos de seguridad y formación adicional del personal.
Además, el proceso utiliza grandes cantidades de energía y puede generar subproductos nocivos que necesitarán un tratamiento posterior.
Teniendo todo esto en cuenta, en Arvia creemos que hay alternativas mucho mejores, que se describen a continuación.