La contaminación por sotalol en el agua puede tener consecuencias a corto y largo plazo para los ecosistemas acuáticos. A corto plazo, puede alterar las funciones fisiológicas normales de los organismos acuáticos, afectando a su crecimiento, reproducción y salud en general.
Con el tiempo, el sotalol puede acumularse en los organismos, dando lugar a una posible bioacumulación y biomagnificación a través de la cadena alimentaria.
Los estudios han demostrado que el sotalol puede persistir en el agua durante largos periodos, que van de semanas a meses, dependiendo de las condiciones ambientales.
Asimismo, los datos de las investigaciones indican la presencia generalizada de sotalol en entornos marinos, ríos y cursos de agua, incluso en cantidades ínfimas. Aunque estas concentraciones puedan parecer insignificantes, el efecto acumulativo a lo largo del tiempo puede tener efectos perjudiciales en los ecosistemas acuáticos.