Empezar a abordar el problema

Con un problema de esta envergadura, encontrar una solución única es poco realista. Empezar a comprender qué sustancias químicas conllevan los efectos potencialmente perjudiciales es un paso en la dirección correcta.

Preocupantemente, se ha informado de que aproximadamente 1.000 sustancias químicas pueden tener efectos de alteración endocrina.

La educación sobre las SAE ayudará a los consumidores cotidianos de productos; sin embargo, la responsabilidad también recae en los fabricantes de productos químicos, que deben reducir la cantidad de sustancias químicas que utilizan y de las que ya se sabe que tienen efectos peligrosos.

Afortunadamente, los responsables políticos están dando pasos en la dirección correcta con la introducción de normativas como REACH, que exige el registro, la evaluación, la autorización y la restricción de las sustancias químicas.

La ONU publicó recientemente una lista de sustancias químicas que habían sido sometidas al menos a una «evaluación científica exhaustiva», por haber sido identificadas como posibles SAE. La lista incluía 45 sustancias de 18 grupos químicos, entre ellos ftalatos, bisfenoles y parabenos.

La reducción y posterior eliminación de las SAE de los productos y procesos de fabricación es la única solución completa para las empresas químicas; sin embargo, con un problema de esta magnitud, esto llevará inevitablemente tiempo.

Tratamiento de aguas residuales respetuoso con el medio ambiente

La eliminación eficaz de los compuestos químicos de los flujos de aguas residuales in situ en los centros de fabricación de productos químicos es el paso inicial. Sin embargo, aunque los procesos tradicionales de tratamiento de aguas residuales pueden eliminar parcialmente los EDC, algunos restos seguirán siendo detectables en los efluentes.

Muchos procesos de tratamiento terciario de aguas residuales, como el ozono, el peróxido de hidrógeno y los fentones, utilizan grandes dosis de productos químicos para erradicar los compuestos presentes a nivel de trazas. La dosificación de productos químicos no sólo tiene un precio elevado, sino que además produce un lodo tóxico que requiere transporte y un tratamiento secundario especializado. Esto ha creado una demanda de soluciones más económicas y respetuosas con el medio ambiente, ya que, en la mayoría de los casos, estos procesos no son opciones sostenibles a largo plazo.

La buena noticia es que la tecnología avanza rápidamente en este campo. En la actualidad existen soluciones de vanguardia para reducir los contaminantes difíciles de tratar de los flujos de agua y aguas residuales.

Gracias a los avances tecnológicos, ahora es posible eliminar de las aguas residuales niveles de parte por millón a parte por mil millones de EDC, residuos farmacéuticos, productos de cuidado personal, productos químicos de fabricación y pesticidas.

¿Cómo puede ayudar Arvia?

La solución Nyex™ de Arvia combina la adsorción con la oxidación electroquímica para proporcionar una solución alternativa para tratar el agua sin dosificación química ni producción de lodos.

Los compuestos orgánicos son selectivamente seleccionados, adsorbidos y oxidados, dejando el flujo de aguas residuales seguro y apto para su vertido al alcantarillado, al medio ambiente o para su reutilización.

El sistema capaz de efectuar estos cambios puede integrarse fácilmente en un tren de tratamiento ya existente, lo que requiere una mano de obra y un mantenimiento mínimos. En lugar de tratar toda la masa de agua, las organizaciones pueden ahora ser más selectivas y centrarse en los compuestos problemáticos con menores costes operativos.

El tratamiento eficaz de las aguas residuales en la fuente de contaminación es el primer paso para abordar un problema que está muy extendido. Existen opciones de tratamiento alternativas para apoyar las estrategias medioambientales y las mejores prácticas de fabricación.

Los responsables políticos ya están dando los pasos adecuados con el registro y la evaluación de las SAE; sin embargo, tanto la industria química como los consumidores deben empezar a contrarrestar el problema más general mediante la reducción del uso y la dependencia de los productos que incluyen estas sustancias químicas.

Los efectos de los EDC en nuestro organismo y en el medio ambiente pueden ser muy perjudiciales y el tratamiento de las aguas residuales debe formar parte de un esfuerzo de toda la industria para contrarrestar el problema.